‘Quedarse plana’: las mujeres que deciden vivir sin senos después del cáncer de mama

“Tu cuerpo debe pasar por muchas cosas, y no es como que vayamos a recuperar nuestros senos”, dice Rebecca Pine, de 40 años, quien decidió no someterse a una operación reconstructiva después de una mastectomía.
Antes de que Debbie Bowers se sometiera a una operación por cáncer de mama, su doctor le prometió que el seguro pagaría la reconstrucción, y dijo que “incluso podría aumentar un talla”. Sin embargo, Bowers no quería ni un implante de silicona ni senos más grandes.
“Traer algo externo dentro de mi cuerpo después de un diagnóstico de cáncer era lo que menos deseaba”, dice Bowers, de 45 años, quien vive en Belén, Filadelfia. “Solo quería curarme”.
Mientras algunos cirujanos plásticos y oncólogos promueven la reconstrucción de los senos como una forma de que las mujeres “se sientan completas de nuevo”, otros doctores dicen que han comenzado a observar resistencia ante esa operación. Algunas pacientes, como Bowers, están eligiendo desafiar el consejo médico y las convenciones sociales y vivir sin senos después del cáncer de mama. Incluso tienen un nombre para la decisión de no pasar por una reconstrucción: lo llaman “quedarse plana” (Going Flat).
“La reconstrucción no es un proceso simple”, comentó la Dra. Deanna J. Attai, una cirujana de mama de Burbank, California, y expresidenta de la Sociedad Americana de Cirujanos de Mama; añadió que una cantidad cada vez mayor de sus pacientes, en especial aquellas con senos pequeños antes del diagnóstico, están optando por no someterse a la reconstrucción. “Algunas mujeres simplemente sienten que es demasiado: es muy complicado, hay muchos pasos, es un proceso muy largo”.
Las redes sociales han permitido a estas mujeres ser más abiertas sobre su decisión de vivir sin senos, así como los desafíos, tanto físicos como emocionales, que conlleva la decisión. En un video reciente creado en wisdo.com, una plataforma de redes sociales, y ampliamente compartido en Facebook, Bowers y su amiga Marianne DuQuette Cuozzo, de 51 años, se quitaron sus blusas para mostrar su pecho plano y con cicatrices. Así mismo, Paulette Leaphart, de 50 años, una mujer de Nueva Orleans cuyo trastorno de coagulación impidió que se le sometiera a operación reconstructiva después de una mastectomía doble, caminó con el pecho descubierto desde Biloxi, Misisipi, a Washington el verano pasado para crear conciencia sobre los problemas financieros de los pacientes con cáncer.
“Los senos no son lo que nos hace mujeres”, afirma Leaphart.
Este movimiento de Quedarse Plana tras una mastectomía desafía antiguas presuposiciones sobre la feminidad y lo que significa recuperarse después de un cáncer de mama. Durante años, los médicos han aceptado la idea de que la reconstrucción de los senos es una parte integral del tratamiento contra el cáncer. Los defensores de la salud de la mujer pelearon por la “Ley de derechos sobre la salud y el cáncer de la mujer”, y lograron su aprobación en 1998; mediante esta se obliga a que los planes de salud cubran gastos por procedimientos reconstructivos y prótesis mamarias.
Desde entonces, la reconstrucción de senos se ha convertido en el tratamiento estándar. El año pasado se llevaron a cabo más de 106.000 procedimientos reconstructivos, lo que representa un incremento del 35 por ciento desde el año 2000, de acuerdo con la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos. Aunque no se sabe con exactitud qué porcentaje de mujeres escoge la reconstrucción de senos después de una mastectomía, un estudio encontró que, en 2011, el 63 por ciento de las mujeres candidatas al procedimiento eligieron someterse a él. En algunas ciudades de los Estados Unidos, la cantidad se acerca al 80 por ciento.

Fuente http://www.nytimes.com/

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