Mastopatía fibroquística: bolitas en los senos

La Mastopatía fibroquística es el padecimiento benigno más común que afecta a la mujer.
Cifras reportadas por el Instituto Nacional de Perinatología, advierten que este trastorno se presenta hasta en el 60% de la población femenina, principalmente entre los 35 y los 49 años de edad.
Para comprender en que consiste este padecimiento, es necesario saber que la glándula mamaria, está compuesta de una serie infinita de conductos que se parecen a un “árbol con ramificaciones sin hojas”, cuyo tronco es la salida por el pezón de uno de los 3 ó 4 conductos por donde sale la leche; en las dos glándulas, se encuentran igual número de éstos árboles; las glándulas que producen la leche se encuentran al final de éstos pequeños conductos microscópicos como las hojas del árbol y entonces veríamos la glándula como un “árbol de primavera”.
Los conductillos están cubiertos en su interior por células planas, semejando un “mosaico” y adosadas, unas a otras, tapizando el interior como una capa.
Cuando se presenta un desequilibrio hormonal o un aumento en la sensibilidad de las hormonas femeninas, sobre todo en los estrógenos que se producen en forma natural, a esta capa, en algunos puntos se le van superponiendo otras hacia el interior, o sea, el mosaico se va engrosando hasta que se llega a obstruir y las secreciones normales de eliminación de células muertas se van acumulando en esos puntos, formando el quiste, posteriormente el tejido aledaño se inflama, produciéndose tejido fibroso, esto ocurre en muchos puntos al mismo tiempo.
Los síntomas característicos son:
* Dolor en algunas zonas específicas de la glándula
* Hipersensibilidad con el roce de la ropa o de cualquier objeto.
* La glándula mamaria se pone dura y turgente
* Las molestias aumentan por lo regular en los días anteriores al período menstrual y se alivian o desaparecen al iniciarse la menstruación.
* Pueden manifestarse “bolitas dolorosas” en varios puntos de la glándula, que incluso la mujer puede tocar.

El diagnóstico es muy importante, pues es fundamental verificar que no se trate de un cáncer maligno, para ello, el especialista (ginecólogo o de preferencia el oncólogo), deberá explorar la glándula, y tocar los quistes y el tejido fibroso, y al presionar se percatará del dolor típico; también es de gran utilidad realizar un ultrasonido de la glándula, para identificar los quistes que están llenos de líquido, y dependiendo de la edad de la mujer, será necesario tomar una mamografía. En la mastopatía fibroquística, además de atender las molestias para la mujer, la importancia real es descartar un cáncer de mama. Una mastografía puede ser necesaria. La aspiración con aguja fina puede confirmar el diagnóstico de un quiste y, al mismo tiempo, drenar el líquido del mismo. La eliminación del líquido puede disminuir la presión y el dolor, aunque no es necesario remover el líquido a menos que la mujer sienta incomodidad a causa de los quistes.
El líquido puede volver a acumularse, por lo que es posible que se requieran más aspiraciones. Tener uno o más quistes no afecta el riesgo de contraer cáncer del seno en un futuro.
El tratamiento depende de cada caso. En la mayoría de los casos es suficiente suspender la ingesta de té, café y chocolate. En algunos casos se requiere de medicamentos anti-inflamatorios y analgésicos. Algunas pacientes pueden requerir ciclos de progestágenos, o bien inhibidores de la prolactina.
Si usted detecta alguna bolita en el seno, o bien sospecha que pueda tenerla, consulte de inmediato a un oncólogo o ginecólogo-oncólogo. No se arriesgue, recuerde que el cáncer es curable, si se detecta oportunamente. Además hoy en día se cuenta con la posibilidad de tener un tratamiento más personalizado del cáncer de mama gracias a las pruebas de diagnóstico genético, 

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